Seis de cada 10 jóvenes españoles de entre 20 y 34 años desean tener hijos, uno los tiene ya, dos están indecisos y uno está convencido de que prefiere abstenerse. Asimismo, para quienes desean tener hijos, dos es el número favorito y quienes quieren un hijo único duplican a quienes quieren más de tres, según las conclusiones del libro ‘Formar una familia: Consideraciones materiales y orientaciones culturales’, editado por Funcas, en el que se analizan los resultados de una encuesta a 3.000 españoles nacidos entre 1985 y 1999.

El estudio añade que poco más de la mitad (55%) de quienes ya son padres desean ampliar la familia, generalmente con un único nacimiento más. El número de hijos deseados y la edad preferida para el primer nacimiento, alrededor de los 30 años, indican que esta generación, los llamados ‘millennials’, mantendrá la posición de España como uno de los países del mundo con menor fecundidad, coincidiendo con las previsiones demográficas oficiales que quedan por debajo de 1,5 hijos por mujer.

Según este sondeo, la mayoría de los jóvenes españoles tiene relaciones sentimentales estables. Cerca de tres cuartas partes afirman tener pareja y casi la mitad de esas relaciones tienen un recorrido superior a cinco años. De cada 10 jóvenes que tienen pareja, seis viven con ella, tres viven con sus padres y uno comparte piso. Entre quienes viven con sus padres aunque tienen pareja, incluso si llevan más de dos años de relación, un 70 por ciento dice sentirse a gusto en esta situación de convivencia.

La situación económica de los jóvenes no afecta a sus deseos de tener hijos, pero sí a la decisión de tenerlos. La vivienda parece, sin embargo, una condición muy determinante, ya que la probabilidad de tener hijos de los propietarios (31%) duplica la de los beneficiarios de casas cedidas (15%), triplica la de los inquilinos de casas alquiladas (8%) y sextuplica la de quienes residen en casa de sus padres o familiares (5%).

También contar con un trabajo estable facilita tener hijos (un 16% de los asalariados indefinidos los tienen), pero las diferencias con los parados (13%) e inestables (9%) no resultan tan marcadas como las observadas en cuanto a la vivienda.

En el proceso de formación de la familia influyen también factores de actitud. Cuando se pregunta a los jóvenes por los dos objetivos más importantes en su vida en este momento, la respuesta más frecuente (66%) es ‘tener un buen trabajo’, pero ‘disfrutar del tiempo libre’ le sigue en segundo lugar con el 48% de las menciones.

El tercer lugar (33%) lo ocupa ‘crear o desarrollar su propia familia’, el cuarto (26%) estudiar/formarse y el quinto (20%) tener una pareja estable. Entre quienes desean tener hijos, las motivaciones más frecuentes son formar la propia familia (94%) y tener la experiencia de la paternidad (84%), seguidas a distancia de estar acompañados a lo largo de la vida (46%) y continuar el linaje (42%).

Entre quienes no los desean, argumentan las motivaciones más hedonistas, como la renuncia al tiempo libre o las preocupaciones múltiples que los hijos implican, son más frecuentes que las materiales,como el nivel de ingresos que los hijos exigen.

En este sentido, el coste de los hijos en términos de autonomía personal y tiempo libre es el principal motivo para retrasar el nacimiento del primer hijo una vez que las necesidades de trabajo y vivienda están cubiertas, según los jóvenes reunidos en grupos de discusión por Funcas.

Tener pareja carece de importancia a la hora de reproducirse para dos de cada 10 jóvenes y estar casados para ocho de cada 10. Si bien la ruptura de la relación entre pareja y reproducción resulta mucho más evidente en la opinión sobre comportamientos ajenos que en los comportamientos reales puesto que la gran mayoría de quienes tienen hijos viven en pareja (89%), más casados que solteros.

Los ideales igualitarios en cuanto al reparto de la responsabilidades de cuidado y educación de los hijos están muy extendidos entre los jóvenes españoles. Nueve de cada 10 prefieren un reparto igualitario del trabajo de cuidados y educación de los niños. Estos ideales se cumplen en la mitad de los hogares: cinco de cada 10 afirman compartirlas por igual, y cerca de tres de cada 10 dicen implicarse casi en la misma medida. Los hombres tienden más que las mujeres a calificar la solución en su hogar como igualitaria (61% frente a 45%), y ellas se atribuyen el protagonismo en los cuidados y la educación más que ellos (27% frente a 2%).

Por último, los abuelos ofrecen una opción de cuidados tan preferida por los jóvenes como las guarderías (47% y 45%, respectivamente), si ambos padres trabajan fuera de casa.

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