Cartagena de Murcia está recuperando su lugar como centro del comercio internacional. Este 2022, la ciudad volverá
a convertirse el 1 y 2 de diciembre en la sede de la segunda edición del Fórum Cartagena. Al respecto, Noelia Arroyo,
alcaldesa de Cartagena, expresaba en la apertura del primer encuentro: “Están ustedes ante una ciudad que ha sido durante milenios protagonista comercial del Mediterráneo”. Arroyo habla de la importancia de esta urbe, de sus fuertes y de su proyección como punto turístico y enclave gastronómico.
¿Qué ofrece la ciudad de Cartagena a España?
Cartagena aporta seguridad y capacidad de crecimiento y ofrece la sorpresa de un destino turístico aún desconocido. Somos un municipio de gran valor estratégico para España porque somos una base naval con unidades clave para la seguridad del norte de África y el Mediterráneo, somos el astillero que ha construido en submarino S-81; somos un gran polo energético con la refinería más moderna de España o con una plantas de regasificadoras que abastecen a Europa. Y somos, además, la capital turística de la región y uno de los principales destinos patrimoniales. Somos una ciudad en la que se puede pasear entre monumentos, con el mayor parque arqueológico urbano de España, el Teatro Romano, restos cartagineses y uno de los principales conjuntos de arquitectura modernista de España. Y eso en un municipio con 40 kilómetros de playas en 80 kilómetros de costa.
¿Qué supone para la ciudad y la Región el Puerto de Cartagena?
El puerto es protagonista en la vida y en la economía de Cartagena. El puerto es el escenario de gran parte de esas actividades estratégicas. Los suministros de gas o hidrocarburos para nuestro polo energético de Escombreras llegan por mar y por mar llega este año un cuarto de millón de turistas en cruceros. Y buena parte de nuestro desarrollo futuro lo estamos diseñando con el puerto. Estamos desarrollado una gran transformación en el frente marítimo, incorporando más espacio para el disfrute de los ciudadanos y estanos impulsando proyectos que van a hacernos crecer como plataforma comercial. El proyecto más importante es Barlomar, que multiplicará por 10 nuestra capacidad de mercancías, va a permitir el atraque de los mayores portacontenedores y, además, la ampliación de superficie permitirá que crezca nuestra industria naval con tareas para el mantenimiento de plataformas y buques de gran calado. La suma de esa infraestructura a la ZAL de Los Camachos va a permitir nuestro avance como centro logístico, convertirnos en más atractivos para la inversión y ampliar las oportunidades a la empresa local.
¿Cómo han afrontado la pandemia y cuáles han sido sus efectos?
En un municipio con tanto peso del turismo, las restricciones derivadas de la pandemia tuvieron un duro impacto económico en empresas del sector y sobre sus trabajadores. Por eso pusimos en marcha u programa de ayudas directas a empresas y familias, de bajadas de impuestos y de aumento de las inversiones para generar empleo. Durante la crisis tocamos techo en desempleo, pero nos hemos recuperado con rapidez y el paro ha bajado a niveles no vistos desde hace 15 años.
¿Cuáles son los próximos retos a afrontar como alcaldesa para la ciudad?
El principal reto va a ser seguir construyendo la Cartagena del futuro mientras sorteamos las dificultades de la crisis económica. Cartagena tiene que seguir creciendo como gran capital del Mediterráneo con la transformación tecnológica de nuestra industria, el desarrollo de un turismo de calidad y la transformación de nuestras infraestructuras. Hemos planificado grandes proyectos transformadores en materia de movilidad, en materia turística, en industria y en recuperación del patrimonio. Vamos a centrar gran parte de nuestro trabajo en desarrollar esos proyectos porque suponen mayor calidad de vida, más oportunidades para el empleo y para consolidar nuestro papel como capital industrial y turística de la Región.
¿Qué actos culturales destacaría entre los muchos que convocan?
Elegir es difícil cuando tenemos un calendario de eventos de gran calidad durante todo el año. Es difícil y no es necesario. Lo que tiene que saber el viajero es que en cualquier fecha que elija va a encontrarse grandes eventos como complemento a un municipio lleno de atractivos para disfrutar de la Historia, de la gastronomía, del senderismo o del mar. Tenemos festivales con el prestigio de La Mar de Músicas, el Cartagena Jazz Festival o el recién creado Rock Imperium. Tenemos una Semana Santa de enorme tradición y gran calidad artística y nuestras fiestas de Carthagineses y Romanos son un gran espectáculo basado en nuestra historia. Carnaval, Cruces de Mayo, festivales de arte urbano… Hay una razón nueva para visitarnos cada semana del año.
¿Cuál es la oferta gastronómica de Cartagena?
En Cartagena se cruzan dos grandes tradiciones gastronómicas que proceden del campo y del mar. Sobre esas dos tradiciones hay una gran oferta gastronómica que está basada en el producto de la huerta y de la pesca. En nuestra hostelería hay cocinas tradicionales y tenemos también alta cocina con grandes cocineros que están haciendo propuestas de vanguardia sobre esa misma base tradicional. Es una buena tierra para disfrutar de la enorme riqueza de nuestras materias primas que hacen posible una gran variedad de platos, desde un arroz caldero a un conejo al ajo cabañil; o desde unos michirones a una hijada de atún a la plancha.
El Mar Menor es otro tesoro cartagenero, ¿cree que urge impulsar una mayor protección?
Creo que hay que aplicar con determinación las medidas de protección que ya hay diseñadas. Conocemos el origen del problema, que es la entrada de agua dulce con nitratos procedente del acuífero, y hay que aplicar las medidas necesarias para interceptar ese agua actuando sobre el freático. Es imprescindible garantizar una agricultura sostenible, pero no es suficiente si el acuífero va a mantener el nivel de nitratos durante décadas. Debemos esforzarnos en dar una respuesta coordinada entre todas las administraciones, que cada uno cumpla su trabajo y que logremos recuperar nuestro Mar Menor lo antes posible, por el ecosistema, por los vecinos de la ribera y por los miles de familias que dependen del turismo en esa zona.
