Reus tiene el honor de haber sido la ciudad en tener la primera depuradora de aguas residuales de España. De la efeméride de su puesta en marcha se ha celebrado recientemente su 75 aniversario. Fue en plena guerra civil española, en 1937, cuando la depuradora de aguas residuales del Molinet entró en funcionamiento. Reus comenzaba, de esta manera, una lucha constante contra la escasez de agua crónica de la ciudad.La falta de agua ha sido una constante histórica en Reus, como mínimo hasta la llegada del agua del minitrasvase del Ebro en 1989.

Tanta ha sido la escasez del líquido elemento que, al menos desde el siglo XIX, el agua residual procedente del alcantarillado de la ciudad era utilizada para el riego de los campos agrícolas. Este hecho, como salta a la vista, provocaba un montón de problemas sanitarios. La preocupación por esta circunstancia llevó a la sociedad reusense a tomar la iniciativa. Había que hacer algo. Fue así que los responsables políticos, técnicos y sanitarios de la ciudad, todos a una, decidieron fomentar la construcción de la primera planta depuradora de aguas residuales de España, conocida tradicionalmente como la ‘Depuradora del Molinet’.
La literatura administrativa de la época sorprende por su sencillez y practicidad. En junio de 1933 se publican las bases del concurso en el Boletín Oficial de la Generalitat de Catalunya, bajo el título de: “Proyecto de instalación depuradora de las aguas residuales”. Las bases del concurso establecían lo siguiente: “Las aguas residuales tendrán entrada en la nueva instalación depuradora tal cual de las alcantarillas, sin ningún tipo de precaución ni preparación previa.
A la salida de la depuradora deberán tener el grado de pureza bajo el punto de vista bacteriológico, y cantidad de materias orgánicas en su grado más favorable para poder dedicar al cultivo bajo y debiendo quedar aptas para regar plantas que puedan ser consumidas crudas … “.Los informes técnicos elaborados por el Ayuntamiento de Reus en la época también son de una lógica de lo más elemental.
Así, los técnicos municipales razonan que el impulso que ha llevado al consistorio a la construcción de la depuradora es, pura y simplemente, “la presión sanitaria”, al tener constancia de que “las bacterias patógenas que acompañaban el agua residual arrojada al riego eran causa muy influyente en la morbilidad y mortalidad tífica de la población ciudadana de Reus”.
La depuración de las aguas residuales se había convertido, por tanto, en un asunto sanitario de primer orden. La lucha por una higiene adecuada de la población era una constante, entre el estamento médico y sanitario, desde finales del siglo XIX. Y los higienistas ejercían una labor de concienciación básica, que terminó por convencer autoridades y ciudadanos.

El concurso recibió la presentación de cinco plicas, con once variantes diferentes. Ninguno de los proyectos fue premiado, aunque el Ayuntamiento decidió repartir el premio de 2.500 pesetas entre los cinco candidatos que se habían presentado al concurso, considerando el esfuerzo que habían realizado.
Finalmente, y en base a la información aportada, fueron los técnicos municipales los encargados de elaborar el proyecto definitivo, consistente en:
- Un desbaste con rejas gruesas y finas.
- Un desarenador (donde queda depositada la tierra, arena y piedras por diferencia de su peso específico).
- Un tanque inhof por decantación y fermentación de lodos, que produce la separación de la materia orgánica a partir de la decantación.
- Un tanque regulador para poder controlar el agua de riego a medida de las necesidades de los compradores.
- Un canal de cloración.
- Un gasómetro de almacenamiento del biogás producido, con una producción estimada diaria de CH4 de entre 200 y 250m3
- Eras de secado de lodos, con una separación estimada del agua de un 95%.
Si la convocatoria del concurso lleva fecha de 1933, fue un año después, en 1934, que los técnicos municipales redactaron el proyecto definitivo, eso sí, sin tener decidida la ubicación exacta de la instalación.
Es en 1936, antes de la sublevación militar del 18 de julio, que el Ayuntamiento compra los terrenos para emplazar la planta, justamente en lo que hoy es la confluencia de la vía de ferrocarril de Barcelona con la Autovía de Bellisens (ocupando gran parte de la autovía actual), la Avenida Josep Pla y la mayor parte de donde, hoy en día, hay el campo de fútbol del colegio Eduard Toda.
La información sobre el proyecto es abundante en esta época, como lo demuestra un amplio artículo publicado en el diario de Reus Las Circunstancias el 31 de junio de 1936. No faltan imágenes. Las del diario son las únicas y magníficas fotografías que hoy día se conservan los trabajos de construcción de la planta.

El comienzo de la guerra civil hizo que, inevitablemente, el centro de interés se desplazara hacia otro lado, la contienda bélica, y la ciudad no disponga, hasta ahora, de ningún testimonio gráfico conocido que nos certifique el momento de la inauguración o puesta en marcha de la instalación. Se desconoce la fecha exacta de entrada en funcionamiento. Pero sí disponemos, como mínimo, de un testimonio oral, el del escultor reusense Ramon Ferran, que recuerda haber visitado la estación depuradora durante la guerra civil como una actividad escolar.