En el segundo trimestre prevén un descenso del 47% en la cifra de negocio y el 27,4% disminuirá su plantilla

El Indicador de Confianza Empresarial (ICE) de la Cámara de Comercio de Murcia ha caído al -39,4 por ciento en el segundo trimestre del año como consecuencia de la crisis sanitaria generada por el COVID-19. Se trata del descenso más brusco en un trimestre y el nivel más bajo de toda la serie histórica desde que se comenzó a elaborar este indicador en 1995.

Comercio Cerrado, Persiana Bajada – EUROPA PRESS – Archivo

Este indicador, que refleja la imagen fiel de la situación económica, ha vuelto a un signo negativo que no registraba desde mediados de 2013 como consecuencia de la crisis económica originada en 2008, según ha hecho saber el presidente de la Cámara de Comercio, Miguel López Abad.

El Índice se calcula en base a una encuesta a la que se somete a 200 empresarios y que valora los resultados obtenidos durante el primer trimestre y las perspectivas para el segundo. En concreto, la encuesta fue realizada durante el mes de abril, por lo que ya incluye los efectos de la crisis sanitaria del COVID-19 y sus repercusiones económicas.

“Nos encontramos con una situación totalmente anómala, nunca vivida, que es un claro reflejo de la situación a la que nos enfrentamos los empresarios”, según Lopez Abad. “A la pérdida de confianza que arrastrábamos como consecuencia de la desaceleración económica del último año, se ha unido en este primer trimestre el fuerte impacto económico de la pandemia por la obligada paralización de las actividades no esenciales”.

De hecho, la incidencia de la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 ha sido citada como principal factor que ha limitado la actividad de las empresas en el primer trimestre del año por el 75 por ciento de los encuestados.

RECLAMAN MEDIDAS “URGENTES”

Frente a esta situación, los empresarios murcianos reclaman medidas de apoyo “contundentes, claras y con cierta celeridad” para que la recuperación se produzca “de la forma más rápida posible con el fin de evitar el cierre de empresas y la destrucción de empleo”.

Por ejemplo, consideran vital la efectividad real de las medidas de financiación que garanticen la liquidez de las empresas con mecanismos ágiles y de sencilla tramitación; así como la flexibilización en las condiciones de los ERTEs según se produzca la vuelta a la actividad; y medidas en cuanto a impuestos y suavizar las exigencias para poder adaptarse a la situación.

De la misma forma, piden no generar más incertidumbre con el anuncio de medidas como la modificación de la reforma laboral que “resultarían perjudiciales en el actual contexto”. Además, con el fin de no perjudicar el consumo y las necesidades de las familias, estiman “prioritario” que los trabajadores dispongan de sus prestaciones sin retrasos.

López Abad ha recordado que “la confianza ya estaba a la baja” y, sumando los más de 80.000 empleados en ERTE y los datos del paro, hacen que las medidas que reclama el empresariado “deben llegar con la máxima celeridad posible”.

Ha reconocido que algunas de las medidas solicitadas ya se han llevado a cabo y otras están por llegar. “Se esperan ya como agua de junio, porque mayo ha pasado”, según López Abad, quien advierte que “se habla mucho de la suspensión de las cuotas de los autónomos ante un cese de actividad, pero también pedimos que se adapten los impuestos directos a empresas de todo tipo ante la bajada de cifras de negocio”.

SALIDA DE LA CRISIS EN ‘L’

En cuanto a la salida de la crisis, López Abad ha lamentado la situación de “inseguridad jurídica”, en la que pesa mucho la incertidumbre sobre lo que pasará cuando concluyan los ERTE, así como la posibilidad de que se derogue una reforma laboral que fue precisamente la que “provocó que el ICE empezara a subir en 2013”.

Por tanto, cree que “se está haciendo lo contrario de lo que se debería hacer”. En este sentido, cree que la economía no tendrá una salida de la crisis con forma de ‘V’ sino con forma de ‘L’ y, además, cree que será una ‘L’ “prolongada” a no ser que se tomen medidas jurídicas y en el ámbito laboral.

PRINCIPALES RESULTADOS

La parada de actividad empresarial decretada por el Gobierno central como consecuencia del COVID-19 ha tenido un fuerte impacto en todas las variables analizadas por el indicador y es previsible que siga teniéndolo en próximos meses. De este modo, el primer trimestre del año se ha cerrado con una disminución en su cifra de negocio para el 64,1% de las empresas encuestadas, mientras las perspectivas para el segundo trimestre de 2020 reflejan un descenso en el 47,3% de los casos.

Para concretar más los resultados, en esta ocasión se ha analizado expresamente qué porcentaje de las ventas de las empresas murcianas ha variado por el impacto de la crisis del COVID-19. Los empresarios cifran en términos porcentuales en un descenso medio del 33,6% el impacto directo que esta situación ha tenido en sus ventas durante el primer trimestre respecto al año anterior, esperando que este perjuicio se eleve hasta el 40,4% neto en el segundo.

En cuanto al empleo, el 27,4% neto de los encuestados señala que disminuirá su plantilla de trabajadores en el segundo trimestre. Se trata de unas perspectivas que profundizan el signo negativo que tomaron en el trimestre previo, donde la contratación de nuevos trabajadores disminuyó un 30,3%.

La Región perdió en abril 13.322 afiliados a la Seguridad Social, un 2,3 por ciento, mientras el paro registrado se incrementó en 6.896 personas, la mayor subida de la serie histórica. Además, hay que considerar que estos datos no incluyen los casi 80.000 trabajadores en situación de Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) contabilizados en la Seguridad Social a 30 de abril, ni los ceses de actividad de autónomos sobrevenidos por la declaración del estado de alarma y del cierre de actividades no esenciales con motivo de la crisis.

El 28,2% neto de los empresarios que realizan exportaciones señala haberlas disminuido durante los tres primeros meses del año, ya que en muchos casos las operaciones con países donde el COVID-19 ya estaba presente se habían dificultado o incluso interrumpido.

Así, las exportaciones según la Secretaría de Estado de Comercio con datos disponibles para los tres primeros meses del año suman 2.534,9 millones de euros, un 1% menos que en el mismo periodo del año anterior. Las previsiones para el segundo trimestre indican una continuidad de la contracción hasta el 25,6% de las empresas exportadoras.

Respecto a la inversión, los encuestados esperan para el segundo trimestre un descenso en el 37,8% neto, mientras el que se produjo en el primero fue menos pronunciado, un 29,4%. Finalmente, los precios de venta para el segundo trimestre disminuirán según el 27,6% neto de las empresas encuestadas, mientras en el anterior trimestre se habían reducido en el 17,5% neto de los casos.

EL SECTOR TURÍSTICO, CON MÁS INCERTIDUMBRE

López Abad ha señalado que, personalmente, percibe un poco más de “tranquilidad” en la fase 2 de desescalada, después de dos meses conviviendo con esta situación, y el empresariado, que de por sí tiene “espíritu positivo, afronta el futuro “con muchas ganas” aunque en la percepción sigue existiendo “mucha incertidumbre”.

Por sectores, López Abad ha señalado que el turístico es el que ahora mismo necesita con más urgencia un plan de futuro porque su incertidumbre es “mayor”. Asimismo, ha destacado la “incertidumbre” existente en el pequeño comercio.

Ha reconocido que todavía no hay datos concretos sobre el cierre de empresas, pero señala que la crisis está afectando sobre todo al pequeño comercio y a los autónomos, un grupo en el que ya hay un 2,3% de descenso en la afiliación a la Seguridad Social, aunque no se tienen en cuenta todos los autónomos que no están cotizando estos meses.

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